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La Copa en Valencia, un negocio de primer nivel

Esta competición de vela supone una gran inversión para España y para Valencia [datos de marzo de 2004]


© Carlo Borlenghi / ACM

La Copa generó unos beneficios directos de 1.200 millones de euros para Nueva Zelanda, país organizador de la pasada edición; aunque eso sí, según cáculos meramente iniciales de Ernst & Young. Durante los meses de selección de candidaturas para la sede de 2007 (primavera y verano de 2003), este número se corregió al alza un 20%; America’s Cup Management Limited (ACM) —la entidad que coordina y gestiona la 32ª Copa América— lo situaba en 1.500 millones. Pero la calculadora del Ayuntamiento de Valencia señaló el doble cuando su ciudad resultó elegida como Sede.

Para explicar la diferencia de esta nueva previsión de beneficios, el Director General del Consorcio Valencia 2007 (CV2007), José Salinas, argumentaba que «las cifras de Nueva Zelanda son difícilmente adaptables al impacto económico que se pueda dar en Valencia, porque las circunstancias de cada país y de las ciudades son distintas». Mientras que en España viven 41 millones de personas, Nueva Zelanda cuenta con una población diez veces menor; y sus países vecinos suman un número bastante reducido de habitantes. Además, 400 millones de europeos pueden viajar a Valencia en avión tardando, a lo sumo, tres horas. Como dice Salinas, el núcleo urbano más cercano a Nueva Zelanda «se encuentra a ocho horas en avión, lo mismo que Nueva York de Valencia» José Salinas añade a esta circunstancia la importancia turística de España en general —«segundo país con más visitantes del mundo», aclara—, y de Valencia en particular. De cualquier modo, la primera cifra, la de 1.200 millones de euros (200.000 millones de pesetas) es un lugar común que viene repitiéndose desde los 90, como, por ejemplo, reflejaba el Dossier oficial del “Bravo España”en verano de 1999.

De esta forma, la consultora KPMG ha realizado un informe más optimista para la Asociación Valenciana de Empresarios. Según su estudio, publicado un año después de la victoria de Alinghi en Auckland, la Copa generará 111.000 empleos en cuatro años y un impacto económico de 3.150 millones de euros. Este informe sostiene que se incrementará el PIB de la región un 1,7% anual por encima del crecimiento normal. Según KPMG el impacto económico “será similar al de unos Juegos Olímpicos”. El presidente de la patronal valenciana, Francisco Pons, señala, de todas formas, que a finales de 2005 se volverá a encargar un estudio similar, para “comprobar si se cumplen las expectativas”.

La disputa de la Copa en Valencia encierra mayor furor que nunca; se trata de la primera edición en Europa, por primera vez el ganador no regatea en sus propias aguas, los equipos de EEUU llevan dos Finales sin competir, Nueva Zelanda ha perdido frente sus antiguos miembros de tripulación, en especial el patrón y el táctico, etc. A este ambiente de rivalidad deportiva, se agrega que el reglamento aplicable a la Copa 2007 se caracteriza por perseguir la supremacía del espectáculo, de manera que Valencia podrá ofrecer una edición más interesante, también en este aspecto, que las precedentes. Para empezar, las condiciones de viento en Valencia —quince veces mejores que en Auckland, ciudad de la que recoge el testigo— y las reglas para el diseño de los barcos (America’s Cup Class Rule) permitirán que las regatas sean más vibrantes, que se rompan menos barcos; en definitiva, que la retransmisión televisiva, la cobertura desde Internet y los vídeos emitidos por telefonía móvil sean impresionantes. Las mejores condiciones meteorológicas permitirán que los barcos saquen su óptimo rendimiento. Por otro lado, las regatas se acortarán para evitar un punto de saturación en los televidentes; con una duración de una a dos horas, las regatas podrán quedarse sin su tradicional tercer barlovento-sotavento. Como gran novedad de la 32ª edición, desde septiembre de 2004 hasta otoño de 2006 se celebrarán ocho o nueve periodos de regata (una o dos semanas) entre los equipos participantes; la mitad de estas regatas tendrán como escenario Valencia.

Para comparar los datos de Valencia con otros deportes, puede servir el hecho de que la FIFA vendió los derechos de televisión del Mundial de Fútbol de Alemania 2006 por 923 millones de euros. Durante el Mundial de Fútbol de Corea del Sur y Japón en 2002, los patrocinadores oficiales invirtieron 590 millones de euros. Recordemos en este punto que desde principios de 2001 (en especial tras el 11-S), la publicidad había experimentando una notable recesión en las principales economías, situación inversa a la que se vivirá hasta 2007 —ahora el índice Dow Jones está cerca de su máximo histórico—. En la última edición, los equipos de la Copa América sumaban en total un presupuesto de 465 millones de euros; para ganar en Valencia sólo Nueva Zelanda ya planea invertir 100 millones. “El Reto”, la iniciativa de equipo español encabezada por el regatista e ingeniero Agustín Zulueta, pensaba gastar 60 millones.

De momento CV2007 debe abonar a ACM 90 millones en concepto de canon; y sitúa la cuota de participación en un millón de euros por equipo —suma a la que se añaden otros conceptos— que se deben depositar en una cuenta corriente de la Isla de Jersey, paraíso fiscal británico en el Canal de la Mancha. Este depósito —reembolsable a partir de 2008 para los que lleguen a regatear— multiplica por seis la cantidad que marcó el Royal New Zealand Yacht Squadron para la 31ª Copa (2003). Para la 30ª edición (2000), el aval era de 250.000 dólares; en enero de 1998 dieciséis clubes de diez países distintos presentaron este depósito para garantizar su presencia en Auckland. Aunque cinco de estos equipos no pudieron llegar a competir.

El esfuerzo económico y de trabajo que acometerán los diez, quince o veinte equipos interesados les compensará con creces, porque les dará una plaza en uno de los hitos deportivos más señalados de la historia. En primer lugar, la transformación de la ciudad para acoger el torneo será de dimensiones descomunales. Los “sindicatos” que lleguen a Valencia y la organización de la Copa necesitarán ocupar 150.000 m2 en la dársena interior del puerto, que se convertirá en la base de operaciones. A quince minutos estarán los dos campo de regatas; situados respectivamente frente a la playa de la Malvarrosa y del Saler. ACM confía en que las playas se abarroten de cientos de miles de personas para contemplar en directo las regatas. Por su parte, el aeropuerto de Manises absorberá una inversión del Ministerio de Fomento de 31 millones, para una ampliación de 500 metros en su pista. Aunque las obras del AVE todavía no tienen visos de quedar terminadas para 2007, la Copa puede acelerar la implantación de esta línea de tren. En cualquier caso, con el AVE se enterrará un enjambre de vías férreas en el centro de la ciudad, de modo que se ganarán 400.000 metros cuadrados de suelo verde. Un proyecto urbanístico que Valencia espera desde hace veinte años.

La involucración del Ayuntamiento, la Generalitat y el Gobierno nacional —al menos el anterior Gobierno— han influido en la solvencia la capital levantina como sede de la Copa, entidades públicas que, aparte, suplirán la escasez de recursos para el canon del torneo, en caso de que CV2007 no consiga fondos suficientes de patrocinadores. La llegada a España de la Copa, un evento con repercusión mundial de primera magnitud, es una extraordinaria oportunidad para las empresas y la economía del país. Más de 3.000 millones de personas tendrán, durante cuatro años, los ojos puestos en España. Por este motivo, el Gobierno impulsa la creación de equipos españoles que compitan para ganar la Copa, con la intención de que permanezca el máximo tiempo posible. La Copa se declara como acontecimiento de excepcional interés público, lo que permite aplicar los beneficios fiscales previstos en la Ley del Mecenazgo. Así, las empresas y los particulares que realicen aportaciones a CV2007 y a los equipos españoles se deducirán entre el 25 y el 35% de la cuota íntegra. Los empresarios podrán deducirse el 15% de las inversiones en activos materiales nuevos, rehabilitación de edificios o publicidad. Se articulará, asimismo, una marco normativo propio que incluya beneficios fiscales para CV2007 y los equipos radicados en España; de manera que se les exonere de tributar rentas derivadas de participar en la Copa.

Por otra parte, Valencia construirá un canal navegable de 800 metros de longitud y 80 de holgura destinado a separar el tráfico deportivo del comercial. Estará terminado en 2005. Aunque la obra más emblemática será el nuevo puerto o “Balcón al Mar”; empezará por la ampliación de los muelles en 35 metros. Este proyecto contempla la construcción de un club con un dique flotante en medio de la dársena interior del puerto. Esta isla, unida a tierra con lanzaderas, contará con un helipuerto y se diseña para el atraque de treinta grandes yates que acudan a contemplar las regatas. En la boca del canal se situará la zona de invitados, desde la que se podrá observar la preparación, salida y llegada de los balandros de competición en la Copa. Asimismo, se prevé un parque para 8.000 espectadores y un “bulevar” de la America’s Cup Village, destinado a restaurantes, terrazas, tiendas, centros de ocio. A estas actuaciones se une la construcción en el puerto de un hotel y la restauración de edificios protegidos.

En relación con otras partes de la ciudad, se construirán 3.620 viviendas en El Gao y Las Moreras, barrios situados cerca del “Balcón al Mar”; la superficie ocupada rozará los 300.000 m2 y cubre una creciente demanda de casas. En un principio, esta ampliación urbanística servirá, en primer lugar, para ubicar las bases de los equipos participantes. En conjunto, se trata de un profundo cambio urbano que afecta a la avenida de Francia, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, los barrios citados y los de Nazaret y el Cabanyal, que acabarán integrados dentro del municipio. Según la Asociación Distrito Marítimo, si se realizan todas las inversiones previstas, Valencia acabará con importantes núcleos de marginalidad y degradación urbanística, lo cual repercutirá en mayor vistosidad, modernización y empleo. Además, proyectos congelados, como un parque de 49.536 m2, recibirán un empujón considerable. De todos modos, el encarecimiento de precios de las viviendas se sitúa como la gran amenaza para esta remodelación urbana en Valencia.

Márketing deportivo

Valencia se beneficiará del trabajo con que Alinghi da una impronta a la edición 2007 capaz de dejar en pañales a sus predecesoras. En cuanto un equipo consigue llevarse la Copa, los beneficios y nuevas oportunidades se multiplican de una manera espectacular para sus patrocinadores. En la actualidad, el torneo previo de la Copa se denomina Louis Vuitton Cup; de este modo, grandes marcas del emporio francés aparecen como patrocinadores oficinales del torneo; relojes, ropa, complementos, e incluso el champagne Moët. Es más, el equipo suizo ha ido programando amistosos “torneos de verano” desde que se convirtió en Defensor. El primero, disputado el pasado agosto en San Francisco contra el “Challenger of Record”, se llamaba Moët Cup. El segundo lleva el nombre de UBS, patrocinador de Alinghi, y se regateará en Newport, la casa de la Copa desde 1930 hasta 1983. Durante tres años (2004, 2005, 2006) habrá regatas o “pre-regatas” con que llenar el tiempo hasta que empiece la 32ª edición.

El equipo de Bertarelli ha conseguido un enorme retorno de inversión para sus patrocinadores, así como para Louis Vuitton —Endesa ha aprovechado la designación de Valencia y, sólo invirtiendo 15 millones, ya es copatrocinador oficial de torneo—. De este modo, Alinghi ha organizado durante varios meses un “tour mundial” de la Copa América; el trofeo se ha exhibido, a modo de feria, en ciudades como Tokio, Berlín o Milán. Existe un libro y vídeo oficial del equipo que rememora la hazaña de 2003, lo mismo que todo un elenco de actividades y eventos que repercuten en beneficio de las marcas que han apoyado al equipo, y las nuevas que se han comprometido con Alinghi para defender el trofeo en Valencia durante el verano de 2007. Bertarelli está sabiendo rentabilizar al máximo esta máquina de hacer dinero que se ha aparecido en la capital levantina.

Porque, ¿cómo se logra valor de retorno en la Copa? A todos los números antes expuestos se debe sumar otros datos. En 1995 España generó 204 noticias en televisión y 742 en medios impresos en torno a su representante en San Diego. “Marca”, el diario deportivo líder, no dedicó ni una línea a la victoria final de “Black Magic” sobre “Young America”. Cuatro años más tarde, desde Auckland (Nueva Zelanda) los primeros e incompletos indicios ya señalaban una repercusión tres veces mayor en España; lo que empezaba a suponer una cuantificación económica cercana a los 4.000 millones de pesetas, con lo que ya se superaba el presupuesto del equipo hispano. Una recopilación detallada del impacto publicitario multiplicó esta cifra. Además, los informativos del medio audiovisual generaron el 82% de las imágenes de la Copa; el 48% de las emisiones se dio en la franja horaria óptima (de 20 a 24 horas).

Una de las afirmaciones más oídas respecto a la Copa es que “patrocinar una Copa es muy barato si la ganas, pero muy caro si pierdes”. Según Ruiz de Elvira, «los patrocinadores prefieren un perdedor que le facilite mucha repercusión a un ganador que no le dé suficiente cobertura». El ingeniero naval madrileño cita el caso del One Australia en 1995, barco que se hundió en un minuto en mitad de una regata. «Fue algo tan impactante —explica Ruiz de Elvira—, que provocó mucho interés, bastante más del habitual. Se convirtió en una noticia extraordinaria; y Kraft, el patrocinador, estaba encantado de que su anuncio, al lado de la grieta en el casco que causó el hundimiento, apareciera en todas las imágenes, que son las más repetidas de esa edición».

La organización de eventos, la presencia publicitaria oficial o los derechos de imagen resultan las herramientas principales para valor de retorno. En relación con los derechos televisivos y de telefonía móvil, ACM se arroga un papel predominante en 2007, pero garantiza a todos los equipos un mayor provecho. Un equipo ofrece a sus patrocinadores representación en la ropa oficial, notas de prensa, anuncios, página web, carteles, stands, “village”, hangar, camiones, DVD, libro, revista, sala de prensa, casco de cada barco —publicidad limitada a 10 m2 a babor y otros tantos a estribor—, el spinnaker (480-500 m2), la vela mayor —publicidad limitada a 42 m2 en cada cara—, la cubierta del barco —se admiten 20 m2 de publicidad—, etc.

A todo esto, el patrocinador siempre se reviste de la mítica aureola de la Copa; competición, historia, excelencia, agilidad, diseño. Y, sobre todo, tecnología. El barco es la mejor publicidad; pesa 24 toneladas, gran parte de las cuales se las lleva el bulbo, un apéndice del que sobresalen dos aletas laterales para dotar al rumbo de una óptima precisión y estabilidad. Si comparamos un velero Clase Crucero con todo un velero Copa América (24 metros de eslora), vemos que el peso del casco es el mismo, y eso que este último es el doble de grande y desplaza un volumen seis veces mayor. El mástil del barco supera los 30 metros y los 750 kilos. Suele construirse en una sola pieza de fibra de carbono, capaz de soportar una fuerza en vertical de 100 toneladas.

© ACM

La Copa y la vela al alcance de todos

A pesar de todo el despligue de los párrafos precedentes, la Copa en Valencia varios retos mayúsculos; empezando por que la vela en España apenas se practica. Para empezar, este deporte adolece de una imagen elitista a la que contribuyen situaciones pintorescas y poco representativas de la náutica. Por ejemplo, como reconoce un responsable de prensa de un “desafío” europeo, a la citada Moët Cup y a gran parte de los eventos corporativos de la Copa, el patrocinador Louis Vuitton da prioridad, sobre los medios generalistas y deportivos, a publicaciones como Elle o Cosmopolitan, así como prensa amarilla y programas de “cotilleos”. Otro ejemplo, la fijación de ciertos medios en cubrir noticias sobre regatistas de nivel discutible, como el Rey y miembros de su familia.

Por otro lado, aunque destacados ingenieros y diseñadores a nivel internacional son españoles —Marcelino Botín, Manuel Ruiz de Elvira, Íñigo Toledo, así como varios armadores industriales—, la construcción naval sufre un estancamiento importante. La piel de toro es una tierra que ha vivido tradicionalmente de espaldas al mar. Los españoles faenan el 19% de la pesca de la Unión Europea, comen el doble de pescado que un británico (37 kilos al año) y poseen 4.000 kilómetros de costas con un clima ideal para la práctica de cualquier deporte náutico. En el país cerca de 50.000 personas practican la vela con licencia federativa y existen más de 4.000 asociaciones deportivas náuticas. Y a pesar de estos datos, países fríos como Noruega u Holanda cuentan con medias de 6 y 10 personas por velero, frente a las personas 308 por velero en España. En EEUU la media es de 17 personas, en Francia es 48 y en Alemania y Austria, 200.

De este modo, la Generalitat Valencia ha anunciado que se realizarán inversiones destacadas para extender la pasión por la vela. Francisco Camps, Presidente de la Comunidad, pretende crear 10.000 amarres para barcos, ampliando treinta puertos deportivos e incorporando tres nuevos puertos; Peñíscola, Campello y Santa Pola. Este plan recibirá un presupuesto de 653 millones de euros, si bien sólo una cuarta parte saldrá del erario público. Aparte, el programa de popularizar la afición náutica hará posible la existencia de diez nuevas escuelas de vela. Conviene indicar que, desde las obras acometidas en 1992, el de Valencia es el más importante puerto deportivo de España, con instalaciones de 150.000 m2 en tierra y 250.000 en mar, y un 5.000 socios en esa época.

Pocos meses después de la desginación de Valencia como sede de la Copa, el Puerto y el Club Náutico de Castellón ya se han puesto a trabajar en una ambiciosa ampliación de instalaciones. De esta forma, la nueva zona deportiva contará con na capacidad para 1.000 a 1.500 embarcaciones de gran eslora. Según el planteamiento del Gobierno, este desarrollo pretende cubrir el déficit de infraestructuras deportivas de la Comunidad Valenciana, con lo que dos años antes de la 32ª Copa se habría creado un entorno preciso para poder acoger una competición de este tipo. Además de Castellón, Vinaroz, Denia y otras localidades serán escenarios en que distintos equipos, ya inscritos o en ciernes, recalarán durante un tiempo para preparar la dura campaña hasta 2007. Asimismo, la colaboración para este proyecto entre Gobierno y Club Náutico de Castellón tiene en la mirada una explotación turística de gran nivel, al tiempo que fomenta el tejido industrial privado del lugar. Según los cálculos iniciales del Ministerio de Ciencia y Tecnología, estas ampliaciones pueden requerir la creación de 500 puestos de trabajo.

De cualquier manera, desde noviembre la capital del Turia lleva acogiendo diversas conferencias, congresos, foros, jornadas y eventos de diversa naturaleza en torno a la Copa, lo cual ya empieza a ser parte de la generación de ingresos para Valencia. Aquí ya entran las noticias que aparecen en la región sobre, por ejemplo, el Foro Intereconomía celebrado a principios de marzo; el gasto de J. P. Morgan en su patrocinio, o el del Hotel Hesperia donde se celebró este encuentro. Sin embargo, como se hace notar en distintos ambientes, todo el impacto social y económico de este acontecimiento no se alcanzará, si no se aplica el trabajo y diseño adecuados; lo que además puede suponer un fracaso para el futuro. Esta oportunidad única debe catalizar los esfuerzos en calidad, habitabilidad, desarrollo sostenible, ecología, cultura, deporte, etc. El excesivo crecimiento inmobiliario, el incremento de la marginalidad, el gigantismo turístico o la inflación son amenazas serias que no se pueden dejar de lado. A estas certezas se une el peligro que supone la politización de las estructuras que alojan la Copa.

Retomando la idea de la España de espaldas al mar, pero con discursos maximalistas —octava economía del mundo, principal creadora de empleo de la UE, descubrimiento de América, primera vuelta la mundo—, Ruiz de Elvira señala varios puntos. Para empezar, advierte que el volumen de impacto económico en Valencia dependerá de cómo trabajen las empresas en la zona, porque las facilidades que da el Gobierno son enormes, así que sólo queda el esfuerzo que se ha de aportar desde el sector privado. Explica que la industria española náutica es un 15% per cápita la de otros países europeos con los que hay que compararse. «Lo malo es que esto es algo que oí por primera vez hace diez años y así seguimos —se queja Ruiz de Elvira—. Ahora tenemos una oportunidad única para desarrollar todo el potencial de la náutica en España; si no ocurre ahora lo que tiene que ocurrir, no ocurrirá nunca».


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